Comenzaba a hacer un poco de frío cuando una buena canción regresó a mi mente, hablaba de aquellas tardes tristes en que ese bello amor se fue, hablaba de la sombra pálida de su rostro anestesiado por la incauta tristeza, de esos besos derrochados que aparecen lejanos a mi tacto.
Y así pasaban los días, yo sentado junto a mi ventana esperando todas aquellas cosas que nunca volverán, y aún así observaba a la luna en su frágil reposo, buscando algún efímero consuelo. Y así murieron los días en que yo te veía, tú sonreías y nada más importaba, que aquel plácido momento…
fînwë