Ahora he llegado a una etapa bastante alarmante en mi vida,
no se porqué, pero empiezo a cuestionar y reflexionar
en cuanta situación o problema encuentro.
Comienzo a filosofar un poco,
sobre ciertas dudas que yo mismo me planteo.
Observo cómo la sociedad va para abajo
directo a un abismo de ilusiones perdidas,
donde todos caen para no regresar jamás
al mundo de placeres incontables y extrovertidos.
Los “individuos” carentes de imaginación o ideas propias,
idiotizados avanzan a paso tambaleante junto con la muchedumbre,
atados con las poderosas y sutiles cuerdas de la manipulación,
controlados y reprimidos como viles marionetas,
son despojados de su razón misma y su creatividad humana.
Duele admitir que el alma revolucionaria de mis compañeros,
antes ilimitada, está por morir;
siendo reemplazada por una mentalidad crédula y débil,
introducida por medio de trucos sucios, la cruel propaganda
y la confusa publicidad hacia la sociedad de consumo
y materialismo implacable. Lo anterior, junto con la añadidura
de subliminales medios de comunicación que aboban,
y esfuman por completo la tremenda espontaneidad
de la creatividad de nuestros hermanos...
Me coloco frente a la gente atónita,
intentando abrirles los ojos con palabras firmes y convincentes,
esperando despertarlos de su trance; pero todo parece ser inútil,
pues nadie me escucha y parece que yo fuera
sólo un espíritu invisible para ellos,
clavados en su pesadilla infinita
que les succiona el cerebro poco a poco hasta despojarlos
de toda capacidad para razonar o actuar por si solos.
Siento cómo la humanidad se viene abajo,
controlada por sólo unos cuantos
y dejando al pueblo sin opción alguna, acabando con todo
y truncando la cordura de todos nuestros aliados...
Toda la vida se convierte en algo miserable,
monótono y desesperante; ahogada en el consumismo desaforado
y el despilfarro de bienes propios y sociales; que intentan desaparecer
todo uso de razón o conciencia de las personas.
Abro los ojos en un de repente,
sólo para despertar de nuevo de un sueño utópico
y entrar en la asquerosa realidad, de la “humanidad” denigrada...
no se porqué, pero empiezo a cuestionar y reflexionar
en cuanta situación o problema encuentro.
Comienzo a filosofar un poco,
sobre ciertas dudas que yo mismo me planteo.
Observo cómo la sociedad va para abajo
directo a un abismo de ilusiones perdidas,
donde todos caen para no regresar jamás
al mundo de placeres incontables y extrovertidos.
Los “individuos” carentes de imaginación o ideas propias,
idiotizados avanzan a paso tambaleante junto con la muchedumbre,
atados con las poderosas y sutiles cuerdas de la manipulación,
controlados y reprimidos como viles marionetas,
son despojados de su razón misma y su creatividad humana.
Duele admitir que el alma revolucionaria de mis compañeros,
antes ilimitada, está por morir;
siendo reemplazada por una mentalidad crédula y débil,
introducida por medio de trucos sucios, la cruel propaganda
y la confusa publicidad hacia la sociedad de consumo
y materialismo implacable. Lo anterior, junto con la añadidura
de subliminales medios de comunicación que aboban,
y esfuman por completo la tremenda espontaneidad
de la creatividad de nuestros hermanos...
Me coloco frente a la gente atónita,
intentando abrirles los ojos con palabras firmes y convincentes,
esperando despertarlos de su trance; pero todo parece ser inútil,
pues nadie me escucha y parece que yo fuera
sólo un espíritu invisible para ellos,
clavados en su pesadilla infinita
que les succiona el cerebro poco a poco hasta despojarlos
de toda capacidad para razonar o actuar por si solos.
Siento cómo la humanidad se viene abajo,
controlada por sólo unos cuantos
y dejando al pueblo sin opción alguna, acabando con todo
y truncando la cordura de todos nuestros aliados...
Toda la vida se convierte en algo miserable,
monótono y desesperante; ahogada en el consumismo desaforado
y el despilfarro de bienes propios y sociales; que intentan desaparecer
todo uso de razón o conciencia de las personas.
Abro los ojos en un de repente,
sólo para despertar de nuevo de un sueño utópico
y entrar en la asquerosa realidad, de la “humanidad” denigrada...
ƒînwë
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