miércoles, enero 20, 2021

Contracorriente

Me encuentro navegando en un mar de emociones en donde las cenizas de los recuerdos pasados se vuelven cantos, las memorias se nublan y la arena deja marcadas las ideas que otro día se han pronunciado. Medio conforme viendo los peces pasando por los atajos que arrastran deseos y medio ilusionado también por tomar corrientes que aún no aseguran llevar a vertientes tibias. Nunca se puede saber, supongo. Es más fácil seguir nadando que dejarse arrastrar por las olas viajeras; pues al menos nadando uno cambia de sitio conscientemente y toma la dirección que quiera, respira fuerte y siente el cansancio en las extremidades. Eso le hace a uno notar que está vivo.