jueves, agosto 24, 2006

Tributo a los Dioses

Una ansiedad absurda me acosa, a cada momento pienso en ella, en su mirar, en su lúcida persona, en su belleza, en su piel bronceada, en su rostro encantador, en su caminar, en aquello que me hizo vibrar alguna vez...Con cada recuerdo mi mente se llena de indecisión total y una tremenda ansiedad me arrebata la paz. Visitando aquellas montañas de niebla eterna, las nubes se tornaban cada vez más grises y oscuras, llenas de confusión alterna, reuniéndose así para dar tributo a los dioses, para entregar mi alma, mi cuerpo y mente en sacrificio, un sacrificio más allá de una muerte segura e instantánea, o dolor efímero, no era precisamente lo que me aguardaba. Una daga clavada en mi pecho me desgarra una vez más el corazón lenta y meticulosamente sin manera alguna de sacarla. Una herida que no ha cerrado aún, quisiera ya verla sanar o verla oprimirme hasta morir, pero no sucederá así, si no que se queda ahí, paciente, traicionera, amenazante; sólo hace falta una persona, una simple persona que pueda de una vez ayudar a sanar aquella herida en mi pecho, lo único malo es que aún no la veo llegar...
ƒînwë

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